Pollo mechado

Después de las vacaciones de verano, retomamos la cocina con algo muy, muy sencillo de hacer y que nos ofrece muchísimas posibilidades a la hora de comerlo. El pollo mechado se puede comer en tostadas, ensaladas, sandwiches... y sus acompañamientos también pueden ser múltiples. Espero que os guste!

Ingredientes

·        2 pechugas enteras de pollo

·        1 cdta. de orégano

·        1 cdta. de tomillo

·        1 cdta. de romero

·        1/2 cdta. de sal

Así lo hago

1.    Quitar la grasa que puedan tener las pechugas y lavarlas bien

2.    Introducirlas en la olla exprés

3.    Agregar el orégano, tomillo, romero y la sal

4.    Cubrir de agua

5.    Cocer durante 40 min en posición 2 de la olla exprés (en cazuela 1`30h-2h)

6.    Escurrir las pechugas e introducirlas en un taper hermético

7.    Agitar bien el taper y al estar muy cocidas se deshacen solas. La manera tradicional, ayudándonos de un tenedor también es muy efectiva

8.    Y listo para comer!

Ø Mi propuesta:

Sobre una tosta de pan wasa poner una rodaja de tomate, orégano, un poco del pollo mechado y un chorrito de aceite de oliva virgen. Aquí el resultado, ideal para media mañana o merienda

Para descargar/Imprimir

Valoración nutricional (Por Lcdo. Alberto García, Experto en Nutrición y Planificación Dietética por la UCM)

Estamos delante de una propuesta altamente saludable y nutritiva, especialmente dirigida a personas que deban reducir el aporte calórico a fin de controlar el exceso de peso y deportistas con altas demandas proteicas y bajas necesidades energéticas. Tal como lo plantea Alicia, el pollo mechado no contiene apenas grasas y, las pocas que añadimos no podrían ser de mejor procedencia y calidad, el a.o.v.e., con alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y efectos positivos sobre el descenso del LDL-C y a nivel cardiovascular. La proteína de origen animal, en este caso pechuga de pollo, induce el mayor efecto termogénico de los tres macronutrientes conocidos (H.C:, grasas y proteínas), entre el 15-30% de pérdida de la energía en forma de calor. Esto significa, a grandes rasgos y sin entrar en demasiados detalles para que lo entendáis, que nuestro metabolismo "hace más ejercicio" mientras metaboliza las proteínas que con las grasas. Como siempre digo en mi consulta, se trata de "perder peso mientras comes".