Muchas
noches llegamos a casa sin ganas de meternos en la cocina para preparar la
cena. Aquí tenéis una manera muy fácil, con 2 ingredientes, que no nos llevará
mucho tiempo en la cocina y además tendremos una cena ligera, ligera. Espero
que os guste!
Ingredientes
·
1 calabacín
·
1 cebolla
·
1 cda.
aceite oliva virgen
Así lo hago
1.
Cortar la
cebolla en juliana
2.
Lavar y
cortar el calabacín en rodajas finas
3.
En una
sartén con una cda. de aceite de oliva virgen añadir la cebolla y el calabacín
preparados
4.
Pochar a
fuego medio/alto con la pizca de sal
5.
Irá sudando
y reduciendo
6.
Cuando lo
tengamos blandito y con un punto dorado retirar del fuego
7.
Y listo
para comer!
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Valoración nutricional (Por
Lcdo. Alberto García, Experto en Nutrición y Planificación dietética por la UCM)
Un forma
diferente de comer verduras. El escaso valor calórico de los ingredientes de
este plato justifica que se pueda incluir sin problemas en dietas hipocalóricas
dirigidas a conseguir perder peso. En el calabacín,
destaca la presencia discreta de folatos
(intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis
del material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico),
seguido de la vitamina C. Esta
hortaliza también es importante por sus propiedades suavizantes sobre el
aparato digestivo debido a su contenido en mucílagos.
Por ello, al tratarse de un alimento fácil
de digerir y con ligero efecto laxante,
su consumo resulta adecuado en caso de estómagos
delicados, dispepsia, gastritis y estreñimiento.
Por su
elevado contenido de potasio y bajo
de sodio, puede incluirse en las dietas de personas con patología
cardiovascular y renal, así como en los casos de quienes padezcan de
hipertensión arterial. Al no pelar el calabacín, Alicia mantiene la mayoría de
sus propiedades en la receta.
Gracias a
la cebolla, esta receta supone un aporte
de fibra, minerales y vitaminas
que la convierten en un excelente alimento regulador del organismo. Aunque,
como el calabacín, es una buena fuente de potasio
(necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal), las
propiedades salutíferas de la cebolla se deben, sobretodo, a su abundancia de
antioxidantes, entre ellos los flavonoides y los compuestos azufrados (sustancias precursoras de compuestos
volátiles que son los que aportan a la cebolla ese olor y sabor tan
característicos).
El aporte
de antioxidantes, fitosteroles,
vitamina E, provitamina A y ácido oleico, lo completan en aceite de oliva virgen extra, aumentando
los niveles de colesterol HDL y disminuyendo los de LDL (comúnmente conocidos
como bueno y malo respectivamente).
Mi
recomendación para esta receta es que no pochéis demasiado las verduras.
Intentad dejarlas al dente, con algo de sensación crujiente cuando las mordáis
en la boca. De esta manera, mantendréis más las propiedades de las mismas.
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